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domingo, 3 de marzo de 2013

Sábados que te veo de menos y domingos que te veo de más.

Otro día más entre botellas y personas que no le llenan.
Cierra los ojos y pide un deseo, un deseo que siempre es el mismo, un nombre.
Tres parpadeos, un suspiro y allí estás. Me hace falta poco y nada para saber que eres tú, porque siempre eres tú.
Dos besos escondidos en una boca que está abatida, la tuya.
Miradas a destiempo y el secreto que esconden. Pero tu sigues ahí, quieto, bebiendo tragos cortos para poder mirarnos de reojo.
Se acabó el asalto. Y yo me rindo y me voy. Una vez más.
Pasan las semanas, los días, las horas y tu no vuelves de la gran ciudad.
Pero siempre puedo coger mi maleta e ir yo a buscarte y ...
Nuestras vidas paralelas que se vuelven perpendiculares. Fenómenos que llamamos casualidad.
Pero solo si tu quieres, porque puede que una de las vidas pase de largo y la otra se quede ahí, parada y hundida, con su maleta y un billete de vuelta en la mano. Como siempre digo, las cosas fáciles tu y yo las hacemos difíciles.
Madrid, una estación de autobús, cientos de desconocidos y me tengo que cruzar con tu sonrisa.

3 comentarios:

  1. Guau,
    no me a gustado, me ha encantado
    te felicito!
    al principio consigues darle una sensacion magica y a continuacion desvelas su magia.
    ME enamoro tu manera de esscribir!
    Eso pienso yo!!!
    Ya me tienes como seguidora!
    espero verte ppor mi bloog!
    besoos

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  2. "Nuestras vidas paralelas que se vuelven perpendiculares"
    Qué bonito, me recuerda a un amor que tuve hace años...
    Un saludo!
    Eleienete.

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