Seguidores

domingo, 19 de mayo de 2013

Han pasado seis días de descontrol, han pasado los días, me han pasado factura y me has pasado tú.
No quería mirarte, ni verte, ni hablarte y menos rozarte. Nunca quiero, o eso me digo.
Has pasado a mi lado y me has descolocado al momento, hemos cruzado miradas y no ha habido respuesta.
Ahora tú vuelves a tu vida deshecha y a tus domingos sin abrazos, porque a ti también te falta de eso.
Y ese es el problema.
La falta de vida en tu propia vida, la falta de besos en esas esquinas perdidas, la falta de algo que te llene y te vacíe a la vez.
Lo quiera o no, me joda o me encante.
Me tiembla el pulso si te miro de esa forma determinada, si te confundo y te lio, me lias y desespero. Pero mientras tanto sigue deshaciéndote poco a poco, regalando besos a sonrisas que no te llenan, buscando calor en otras bocas y volviendo a la cama solo cada noche.
Y volverá a llegar el viernes y te volverás a ir el domingo y es que como duelen los domingos...


Hay domingos raros y hay domingos como el de hoy.
Hay días contigo y días sin ti en este caso siempre son sin ti. 

miércoles, 1 de mayo de 2013

Te preguntarás como sería tirarte a la piscina de cabeza y por impulso, una vez más.
Como sería volver a morir en el intento.
Intento fallido de no mirarte a los ojos si se cruzan con los míos. Intento desorbitado y suicida de dos corazones latiendo a contrarreloj, a contravida y en contra del mundo.
No sabía hacerlo mejor, ni tampoco sabía hacerlo peor, simplemente no sabía hacerlo.
Tuve que aceptar, que mi vida no depende de tu cuello y que tu cuello depende de otra vida distinta.
Es irónico como tu mundo se desmorona, es irónico que sea por alguien en concreto.
Las personas estamos hechas para solucionarnos la vida unas a otras y no para descolocarnos el mundo.
Nos queremos y nos jodemos a la vez.
Las personas que nos joden son las que nos dan el sentido, y eso no es justo.
Y yo ya me he cansado. Me he cansado de hablar de amor y de no hacerlo contigo.
Me he cansado de hablar siempre de lo mismo, del mismo en particular y empezando por la misma letra siempre.
Pero...
¿Acaso tú vida es distinta todos los días? La mía no. ¿Acaso nunca has perdido la cabeza por alguien? Yo sí.